lunes, 19 de mayo de 2008

La educación patas arriba

Últimamente vivo el mundo del revés y digo «del revés» porque comienzo a ser más consciente de la penuria en la que estará el sistema educativo en nuestro país sino ponemos remedio urgente. Y no sólo desde las aulas sino desde casa; desde el lugar donde siempre han surgido todas las certezas en las que construir nuestro mundo interno.
Ahora, muchos niños y adolescentes viajan sin referencias claras; sin modelos a los que imitar. Se ha puesto tan de moda ser independientes que nuestros niños parecen marionetas en manos de nadie. Y al final, están solos, crecen solos, "maduran" solos. "Arreglátelas por ti mismo".
Desde esta perspectiva los profesores no somos nada. La palabra autoridad, tan denostada, ha perdido su valor original; por no decir algo de la palabra "disciplina". Ya no se puede ser autoritario, exigente con un niño, aunque sólo sea por el simple hecho del crédito que nos merecemos al ejercer una profesión digna y humana; aunque sólo sea por el simple hecho de que lo hacemos porque esos seres humanos a los que formamos nos importan mucho y llegas a quererlos. Ya no se puede ser autoritario porque es sinónimo de malvado y menos imponerle unas normas de disciplina. Estas palabras han entrado al mundo del tabú. Y de tanto buscar eufemismos hemos perdido el tiempo.
Hoy estoy triste, muy triste, porque aún teniendo vocación a la enseñanza es desalentador el panorama.

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