Empecé mis vacaciones como quien sale de un maremoto: expulsión a la tierra. Tras un año de frenético y solitario trabajo; llegaba el parón. Un parón con un montón de ilusiones que nacen todos los días y que hay que materializar sin falta.
Poco a poco iré contando. Por un lado, mi descubrimiento de la firma Chanel; mi descubrimiento, también, de la firma Bitten de SJP, mi redescubrimiento de un Saramago un tanto galdosiano e instrospectivo en El hombre duplicado; mi nueva serie: Cinco hermanos; las risas y sentirme una princesa en la playa... No es poco.
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